Las imágenes de hoy
Recuerdo hace unos cuantos años, en plena guerra de los
Balcanes, las imágenes de soldados españoles reconstruyendo pasarelas sobre el
río Neretva cuando el principal puente de la ciudad de Mostar había sido
derribado fruto de la estrategia bélica. Aquello se vendía como una
justificación de las tropas españolas en la zona.
Sin quitar el atuendo militar, tengo impregnada en mi carpeta
memorística de imágenes, cómo los máximos dirigentes políticos de los
diferentes países acuden, año tras año -en fechas navideñas- a las zonas que
son destino militar, en diferentes misiones, para hacerse la foto y, llegado el
caso, hasta brindar por el año venidero con eterna sonrisa.
Hoy, en este jueves de febrero, hemos tenido que ver la
imagen de la Presidenta de la Unión Europea, Von der Leyen visitando Kiev para
mostrar el “firme apoyo de la UE a Ucrania”. O lo que es lo mismo a hacerse una
foto. Una instantánea de la que Zelenski no sé si le llega a tiempo, o le
compensa, cuando llevamos casi un año de guerra, ocho millones de refugiados
que se reparten por el mundo como pueden y cerca del cuarto de millón de
fallecidos en combate.
Zelenski y Von der Leyen sonríen sobre alfombra roja de forma
distendida en un photocall perfectamente diseñado que justifica la decisión de
enviar material de guerra a los ucranianos.
Me pregunto por qué no se han hecho la foto en un paso
fronterizo en el que mujeres y niños intentan escapar del horror. Pero claro,
eso no vende; eso generaría incomprensión y hasta rechazo. Vender la imagen de
la guerra sobre alfombra roja resulta, cuanto menos, más cinematográfico.
Cuando la “imagen” de una guerra se presenta así, todo lo
demás queda supeditado a la necesidad de buscar amplias gamas de colores que
son de lo más atractivo, a colocar una luz que no genere sombras y sea un
productor de likes al más puro estilo Tío Gilito. Y lo peor no es que le
demos al like, es que nos autoconvence de la importancia de esa imagen y la
justificación de una estrategia bélica
Pero es que nos vale todo. Y sino que se lo digan a todos
esos seguidores “pseudo-healthy” capaces de tragarse tofu con chía porque han
sido seducidos por una imagen tan perfecta que ha llegado a autoconvencerlos.
Por cierto, ya están llegando las alarmas de cuadros clínicos con problemas de
nutrición en personas que creen estar siguiendo una dieta saludable que han
visto por las redes cuando, en realidad, han sido cautivados por imágenes
perfectamente estudiadas.
Y los que empiezan a estudiar muy mucho son los asesores de
imagen de los partidos políticos. Ya ha arrancado la maquinaria destructora de
las elecciones capaz de convertir una sonrisa del candidato/a en un voto.
Piensen que detrás de esa caída de ojos y en cada milímetro de labios o en la
tonalidad de los caninos hay un estudio pormenorizado capaz de convencerle de
lo imposible. Por cierto, también me llega la onda de que en estas próximas
elecciones autonómicas primero y generales después, los modelos de captación de
voto van a ir cambiando con respecto a los anteriores. Se apuesta más por
invertir en plataformas sociales que en debates cuerpo a cuerpo. Se ve que el
público digital y multimedia ya tiene mucho más peso que el analógico.
Yo aviso, tengan cuidado con las imágenes que le ponen
delante y no terminen votando en contra de sus pensamientos/creencias y acaben usando
tofu como nuevo compangu pa les fabes. Por muy guapo que lo pinten, no
va a ser lo mismo.
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